9 nov 2012

 
 
 

















La última lluvia 2011
Acrílico, pastel, marcadores, lápices de colores, lápiz, papel, tela 193 x 246cm


 
 
 
 
 
 
Mitología y realidad. La obra de José Manuel Mesías.
                                            “…La imagen operándose en la historia, con tal fuerza creadora
                                                    como el semen en los dominios del resurgimiento de la criatura”
                                                                           José Lezama Lima.                                           
 
En el contexto actual del arte cubano ya no es habitual encontrar el interés por narrar la historia, apelando a la cita, la parodia, o lo intertextual, tal como ocurrió una década atrás, momento de consolidación de la tendencia neo-histórica, en la que se fundía el pasado con el presente, como si el tiempo estuviera detenido.
La obra artística se acerca a esa vertiente cuando la mirada del arte se centra en sucesos o acontecimientos donde lo real se transfigura en metáfora, esa poderosa narradora que nos conduce hacia los escondidos rincones de la historia, con su carga de misterios, sucesos inconclusos, héroes y escaramuzas.
Entre esos sucesos cuenta la leyenda que Ignacio Agramonte de niño se aproximó al cadáver ajusticiado de Agüero y puso sobre su rostro ensangrentado un pañuelo en el que quedó retenida su imagen. Tal hecho inspiró al  artista José Manuel Mesías a representarlo en la instalación La sangre de Agüero en el pañuelo de Ignacio. La pieza consistía en una urna de vidrio cerrada donde se encontraba un pañuelo manchado de rojo, convirtiéndose así la fábula histórica en una realidad que podía ser apreciada. Al observar la pieza se retrocede en el tiempo más de 100 años. De esta manera,  lo que no podemos encontrar en un museo de historia lo topamos en una exposición de arte: la posibilidad de que dos hombres de esa dimensión unieran sus energías en una simple tela, como diría el historiador Juan Expósito Casasús, citado por el artista en sus notas: un “…misterioso pacto de sangre…” (1)
La labor creativa de Mesías surge de la investigación y la consulta histórica. Él nos dice: “de la historia hago mi propia interpretación, reconstruyendo e interpretando anécdotas y sucesos” A través del exhaustivo estudio de la figura de Agramonte el artista ha buscado al ser humano, imaginando su entorno, descifrando sus angustias, sus dolores, tratando por medio del arte de darle vida, como si fuera posible dibujarlo a través de los hechos.
Tras este interés por la historia se encuentran dos de sus pinturas más emblemáticas: La última lluvia y una S/T. La primera reproduce una caballería mambisa situada en el fondo del cuadro, que apenas es perceptible, pues una  intensa lluvia no la deja ver con claridad. Los rayones de pastel sobre la obra imitan esa  lluvia del trópico, que cuando es brava borra todas las visiones. Sobre ella Mesías expresa: “Los mambises están quietos, no se mueven; es el momento antes de la batalla, esperan con suma parsimonia que comience la carga. El enemigo perturbado los ve difusos a lo lejos y espera a que se acerquen, nosotros los espectadores estamos en la línea visual del enemigo” A su vez, en un primer plano, en la parte inferior, la hierba aparece más definida, son diferentes aproximaciones a un paisaje en el que sentimos la inminencia de la batalla, lo intrépido de unos jinetes que se pueden acercar al observador aunque nunca lleguen a él. El movimiento se detiene en el mismo movimiento, desde esa intensión de Mesías de lograr que la historia cobre ánima en la imagen.
En la segunda obra se percibe un jinete mambí en plena cabalgadura cercenando la cabeza del caballo que monta, con su propia arma de lucha. Su rostro está inacabado, el movimiento de la bestia es impreciso a juzgar por las perspectivas de sus extremidades. Sin embargo -¿Qué jinete puede mutilar al animal que lo carga sobre su lomo?- La narración es ambigua, como la solución visual inexacta, pero ello es necesario a la poesía que tal gesto impone. De esta manera quizás la imagen desea representar lo que significó la guerra, aunque no que estemos presenciando una batalla.
Enfrentar la creación desde esta perspectiva hace del artista una especie de arqueólogo, como expresara la joven crítica Laura Daranas Molina. Él traslada los hechos históricos hacia el presente, encarnando sus personajes, descubriendo los instantes que marcaron sus vidas, quizás por eso su obra es intensa, porque en ella está parte del desarraigo, la dureza y el amor que la propia historia contiene. 
 
Magaly Espinosa.
Nota: Expósito Casasús, Juan J. “Vida de Ignacio Agramonte” Camaguey, 1937.















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